PROCLAMA DE PAZ DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA ANTE LAS AMENAZAS DE EEUU
Sólo un enemigo de la Patria, de la
humanidad y de la democracia puede amenazar al pueblo y al gobierno de otro
país a fin de que en éste no se realice una consulta democrática.
Todos los pueblos, todos los ciudadanos, todas las organizaciones que en
el mundo profesan la democracia deben rechazar y rechazan un poder que pretende
vetar la democracia misma proscribiendo el ejercicio del sufragio.
La República Bolivariana de Venezuela es un país libre, soberano y no
sujeto a ninguna tutela ni dominación extranjera desde que inició su gesta de
Independencia el 19 de abril de 1810, la declaró de forma irrevocable el 5 de
julio de 1811; la consagró con la batalla de Carabobo el 24 de junio de 1821, y
la selló en forma definitiva para toda América Latina el 9 de diciembre de 1824
con la batalla de Ayacucho.
En uso ininterrumpido de su libertad, soberanía e independencia, nuestro
pueblo sancionó en 1999 la vigente Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, mediante referendo popular que aprobó dicha Carta Magna con el
71,78% de los votos válidos.
El 1 de mayo el Presidente Nicolás Maduro Moros, en ejercicio de las
atribuciones que le confiere la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, activó el Proceso Constituyente, pautado en sus artículos 347, 348 y
349. El día 30 de julio, 8.089.320 venezolanas y venezolanos, el 41,53% del
padrón, eligieron los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente de manera
participativa y protagónica.
Los resultados han sido verificados por un sistema electoral inobjetable
al cual el ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter calificó como “quizá el
más perfecto del mundo”, al mismo tiempo que calificaba al de su propio país
como “uno de los más imperfectos del mundo”. Tan imperfecto, que en él resultan
sistemáticamente elegidos para la Presidencia candidatos que obtienen un número
menor de votos.
Tanto la convocatoria como la realización y el escrutinio de esta
consulta democrática en Venezuela son actos de ejercicio de la soberanía,
que conciernen única y exclusivamente al pueblo venezolano, y cuyo cumplimiento
no puede impedir, intervenir ni interferir ningún otro gobierno de la tierra,
ni con órdenes, ni con presiones, ni con amenazas, pues nada es superior a la
soberanía popular, y menos cuando ejerce el supremo poder constituyente.
Por otra parte, no podemos aceptar esta intromisión insolente, pues
nuestra Carta Magna en su artículo 1° dispone:
§ La República Bolivariana de Venezuela
es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y
sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional, en la doctrina
de Simón Bolívar, el Libertador.
§ Son derechos irrenunciables de la
Nación la independencia, lalibertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad
territorial y la autodeterminación nacional.
En virtud de ese irrenunciable
derecho nuestro a la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la
integridad territorial y la autodeterminación nacional, rechazamos cualquier
dictado de una potencia extranjera que pretenda ordenarnos no ejercer el
derecho democrático a la consulta electoral, o que amenace a constituyentes
para que declinen ejercer las funciones para las cuales fueron electos por el
supremo poder soberano de la voluntad popular.
Ese derecho lo ejercemos no sólo como expresión de nuestra soberanía y
nuestra dignidad, sino también de conformidad con los principios que rigen el
orden internacional.
Así, recordamos al gobierno de Estados Unidos que, de acuerdo con el
artículo 2 de la Carta de las Naciones Unidas, en su numeral 1, “La
Organización está basada en el principio de la igualdad soberana de todos sus
Miembros”, y que conforme al numeral 4 ejusdem, “Los Miembros de la
Organización, en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la
amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la
independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma
incompatible con los Propósitos de las Naciones Unidas”.
E informamos asimismo al Presidente y al gobierno de Estados Unidos, que
parece ignorar tanto los principios básicos que nos rigen como aquellos que
está obligado a cumplir como miembro de las Naciones Unidas, que en el
Preámbulo del Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas
(UNASUR), las naciones que la integran asimismo:
§ RATIFICAN que tanto la integración
como la unión suramericanas se fundan en los principios rectores de:
irrestricto respeto a la soberanía, integridad e inviolabilidad territorial de
los Estados; autodeterminación de los pueblos; solidaridad; cooperación; paz;
democracia; participación ciudadana y pluralismo; derechos humanos universales,
indivisibles e interdependientes; reducción de las asimetrías y armonía con la
naturaleza para un desarrollo sostenible.
No acepta el pueblo venezolano, no lo
acepta su gobierno, ni lo acepta tampoco la comunidad internacional, que
un Estado intente violar la igualdad soberana de otro, ni que recurra a la
amenaza o el uso de la fuerza contra la independencia política de otro Estado
en cuestiones que sólo conciernen única y exclusivamente al orden interno de
este último, tales como la convocatoria a elecciones y la ejecución de éstas.
Para ningún demócrata es una amenaza el hecho de que un gobierno
legítimo convoque una consulta democrática; para todas las democracias del
mundo es una amenaza el que una potencia pretenda impedir consultas
democráticas en otros países mediante la presión, y los anuncios de agresiones
e intervención en los asuntos internos.
Contra semejante atropello a la paz se ha alzado siempre y siempre
resistirá la República Bolivariana de Venezuela, irrevocablemente
soberana y democrática a pesar de que inútilmente intenten impedirlo las
potencias imperiales.
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