Movimiento Otpor y la utilización de técnicas de “no violencia”
El Movimiento Otpor,
en idioma serbio cirílico se escribe así: ОТПОР!, y significa
"¡Resistencia!". Fue un movimiento originado en Yugoslavia en el año
2000 contra el presidente Slobodan Milosevic.
La
llamada resistencia del Movimiento Otpor, se originó en el año 1999 con el
objetivo de organizar el Golpe de Estado contra Slobodan Milosevic en
Yugoslavia, esta organización, cuyo nombre significa “resistencia”, fue estructurada
como un verdadero organismo militar compuesto por jóvenes y estudiantes que
recibieron formación en las técnicas de golpe de Estado suave por parte de la Institución
Albert Einstein (AEI) y la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Este
movimiento fue financiado por la Fundación Nacional para la Democracia (NED),
por sus siglas en inglés, la Agencia de los
Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el Instituto
Republicano Internacional (IRI) y el Instituto Demócrata Nacional (NDI) para
dar vida a la campaña Otpor, basada en la utilización de las técnicas de la
"no violencia" propuestas por el filósofo estadounidense Gene Sharp.
Para
ese entonces, Yugoslavia transitaba por una intensa crisis civil, basada en
enfrentamientos étnicos entre serbios por un lado y los croatasbosnios
albaneses por el otro. Las guerras y divisiones internas en Yugoslavia, como
suele ocurrir, eran propulsadas por los países miembros de la Organización del
Tratado del Atlántico Norte (OTAN), fuerza que bombardeó la nación durante 78
días consecutivos en 1999, dejando 2 mil civiles muertos y enormes pérdidas
materiales.
A
causa del movimiento Otpor, Yugoslavia ya no existe. En 2003 la República
Federal de Yugoslavia pasó a ser la unión de Estado de Serbia y Montenegro.
Tiempo después, en 2006, Montenegro se independizaría de Serbia pasando a
conformar dos Estados autónomos. Es decir, la OTAN a través del bombardeo apoyaba la fragmentación de
Yugoslavia favoreciendo intereses occidentales, mientras que Estados Unidos
buscaba imponer su hegemonía con estas divisiones.
En
el caso de Venezuela estos movimientos separatistas no funcionan porque en la
calle sólo protestan los acomodados, que desconocen el voto de la mayoría del
pueblo, mientras que la mayor parte de los venezolanos, hoy dignificados por la
Revolución Bolivariana desde la llegada del Comandante Hugo Chávez, se
encuentran trabajando en pro del desarrollo de la nación.
Según
archivos públicos de la NED, esta organización financia a ONG's en Venezuela,
incluyendo la Otpor, con cientos de dólares para que se desarrollen acciones políticas
similares. A un año de la llegada del Presidente Nicolás Maduro al poder,
jóvenes de clase media, que no pasan ningún tipo de necesidad real, propagaron
acciones violentas disfrazadas con manifestaciones muy creativas con la
pretensión de venderle al mundo la imagen de una Venezuela en ruinas, en plena
guerra civil y con un régimen hostil maniobrado por un dictador. Lo cual es
totalmente falso.
Las
huelgas de hambre de los "estudiantes" cosiéndose los labios,
reclamando Libertad, fueron propiciadas por el Movimiento Otpor en Venezuela.
Detrás del empleo de un lenguaje donde se habla de la no violencia, de
democracia y libertad, para que parezca como evento espontáneo del pueblo, se
esconde una imitación que tiene sus raíces en el movimiento serbio Otpor, el
cual utiliza a los jóvenes, por ser la vanguardia de las rebeliones populares,
con el fin de manipular a la opinión pública internacional.
Detrás
de cualquier proceso de desestabilización (huelgas, manifestaciones pacíficas
en las calles y el intenso uso de las redes sociales) están los medios de
comunicación como CNN, que buscan magnificar las acciones contra el gobierno,
para así hacerle creer al mundo que existe una represión del estado para el
grupo de jóvenes, clasificándolo como violador de derechos humanos.
OTPOR
está en nuestro país y entendiendo que su principal arma son los jóvenes, el
Gobierno presidido por el Presidente Nicolás Maduro promueve el libre
pensamiento, la formación de conciencia, el debate político estudiantil y los
valores democráticos.
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