Identidad y Patrimonio Cultural
En el marco de la Asamblea Nacional Constituyente y del Plan de la Patria en el Ámbito de la Cultura
Por: Mario Fernández P.
Quiero
comenzar diciendo, algo que en múltiples ocasiones he cuestionado. Se trata de
seguir expresando “Sector
Cultura”, como si ésta pudiera cortarse a navaja o agruparse en alguna
institución pública o privada, club, espacio geográfico, etc. El ámbito de la
cultura debe ser leído —en términos latinos— como un infinitivo, por tanto, es un hacer
permanente.
La
cultura no nos
transversaliza, nosotros la construimos —por cierto, sin darnos cuenta— y, a la vez,
la atravesamos. Es, aunque suene lugar común, un océano donde lanzamos botellas
con cartas por dentro y no sabemos a dónde van a parar: algunas serán
encontradas al principio de haber partido; otras, a miles de kilómetros de su
puerto de salida, pero todavía sobre las aguas; y, otras, en alguna playa.
Ahora
bien, “identidad”, es, mucho
más que identificar e identificarse. Sería, antes que nada, tener la capacidad de reconocernos ante todo aquello
captado por nuestros sentidos, que termina siendo una experiencia, sensorial,
espiritual, estética y cognitiva. Lamentablemente, los venezolanos hemos
perdido a través de la historia, no sólo parte de nuestro territorio, sino
también de nuestra identidad. Sobre este punto y para no seguir extendiéndome,
en función de “ser concreto”, quiero traer a colación algunas propuestas:
A. Qué
bueno sería, que, cuando nos preparamos en las noches para dormir, sintamos que
estamos en Venezuela, y, que, al levantarnos para salir a trabajar, mientras
calentamos el café y hagamos el desayuno, nos apreciemos en Venezuela. Por
ejemplo, las últimas horas de la noche (10:00 pm – 12:00 pm) y las primeras de
la mañana (4:00 am – 7:00 am), deben ser exclusivas para nuestra música
autóctona, poesía de autores nuestros y teatro radiofónico que aborde temas
vinculados a nosotros. Esto no supedita el resto de la programación, puesto
que, durante el día y la noche, también debe estar normado de tal forma que se
resalte nuestro ser venezolano. NOTA: resaltar lo nuestro no significa
para nada evitar y disfrutar de otras culturas.
B. Por
otro lado, tanto las emisoras radiofónicas como televisivas, se encargaron de
crear una escuela según la cual el acento y habla de quienes trabajan como
locutores, periodistas, artistas, lectores de noticias, etc., debe ser “neutro”,
pero que, finalmente se impuso hablar como los caraqueños. Un nefasto
ejemplo lo fue durante años el programa de televisión llamado “Radio
Rochela”, el cual se encargó de burlarse sistemáticamente de las distintas
formas y acentos que tenemos los que ellos llaman “del interior” del
país ¿será que ellos son del exterior? En cambio, exaltan las cadencias de
otros países casi con alabanzas. En tal sentido, proponemos declarar el habla
de los zulianos, orientales, falconianos, andinos, etc., como Patrimonio
Inmaterial y Cultural de nuestro País.
C. La
permanente reconstrucción
de las historias locales en todos los niveles de la educación, será
fundamental para reforzar la identidad y el patrimonio cultural como dos
grandes valores de defensa de nuestra memoria y el levantamiento del orgullo
nacional. En este sentido, deben crearse mecanismos legislativos que activen
esta tarea y entusiasmo por desentrañar nuestro pasado.
D. En
la misma dirección anterior y dentro de los espacios e instituciones señaladas,
la enseñanza de la cultura
petrolera debe ser un tema apoyado desde el tramado de leyes de nuestro
país. Ello nos llevará a entender asuntos tan importantes como la geopolítica.
E. La
enseñanza de nuestros
idiomas ancestrales, en los espacios y comunidades con presencia
indígena no puede quedar a la discrecionalidad de maestros y directores de
escuelas, aun cuando aparezca en los programas de educación del Ministerio del
ramo, sino que debe estar impulsado desde un cuerpo de leyes, y, debidamente
supervisado.
F. Estimular
desde la máxima entidad legislativa de la nación, los mecanismos de protección de los derechos de autor,
valorando tanto a compositores como autores de libros, artículos de prensa y
revistas, impresas o digitales, obras de teatro, guiones de audiovisuales,
entre otros, en el que éstos autores puedan recibir un pago por sus productos
culturales, tal cual ocurre con los artistas plásticos, cantantes en
escenarios, actores de teatro, cine y televisión.
G. Declarar
por ley, cada uno de los cementerios
como patrimonio cultural, en el entendido que en las necrópolis reposan
todos aquellos que durante sus vidas contribuyeron en la construcción del
acervo histórico de sus comunidades. En ese sentido, el camposanto es sagrado
tanto espiritual como culturalmente.
H. Catalogar nuestra agricultura y pesca
tradicional como un valor de identidad y patrimonio cultural,
elevando tal categoría constitucionalmente, de tal manera que pueda
establecerse la obligatoriedad de llevar sus enseñanzas a los distintos niveles
de la educación nuestra, no solo como un impulso para la economía local, sino
como reconocimiento dentro del tejido histórico-cultural.
I. Establecer leyes y trabajar por
recuperar las distintas salas de cine abandonadas en todo el país,
para que funcionen como espacios para el fomento, desarrollo y exhibición de
nuestros audiovisuales, teatro, danzas, música, recitales poéticos,
conferencias, etc., tal cual viene ocurriendo en Caracas.
J. Siendo que, la gastronomía, es, a un
mismo tiempo, asiento y fuente de la cultura de un país y de sus regiones,
es necesario que ante la avasallante penetración de distintas marcas de platos
y “alimentos”, se pueda regular en esta materia, que permita la exposición y
venta de las comidas de los venezolanos. Por ejemplo, dentro de un área
determinada, por cada establecimiento de comida extranjera debe haber uno que
expenda la culinaria de Venezuela.
K. Igualmente,
debe establecerse una ley
que obligue, tanto a las empresas privadas como a las del Estado, que en
las etiquetas y envoltorios de sus productos vaya impresa información
relacionada con el quehacer cultural e histórico de nuestro país. De tal forma
que se difunda a través de este medio, nuestra poesía, historias locales,
mitos, leyendas, etc. Incluso, proponemos, el uso de las nuevas tecnologías
como el llamado “Código QR” (creado por los chinos) para difundir
importantísima información como la señalada para las etiquetas y envoltorios;
al igual que para identificar árboles en nuestras plazas; entradas a parques
naturales, monumentos, casas antiguas, esquinas de calles, etc., etc., etc.
L. Nuestra música del tipo tradicional y
popular, debe ser llevada a las orquestas sinfónicas y filarmónicas venezolanas
dentro de su repertorio de presentación, tanto en los
escenarios nacionales como en el exterior, no quedando esto a la
discrecionalidad de la dirección orquestal, sino estableciendo unos parámetros
legales para ello.
M. La vegetación de nuestras plazas y
parques públicos debe estar regulada no solo con base a razones agroecológicas,
sino, además, vinculada a nuestra realidad botánica, ya que ésta se encuentra
en nuestra memoria, por lo tanto, adquiere una dimensión cultural e
identitaria.
N. La música que se coloque en los
sistemas de transporte y aquella que se emita desde los equipos de sonido de
las casas y calles, debe normarse tanto sus decibeles, en
ambos casos, como su origen en el primero de ellos. Sobre todo, en aquellos
lugares de interés cultural y patrimonial.
O. Los grandes mercados llamados a “cielo
abierto”, que, regularmente organiza el Gobierno Nacional y los Gobiernos tanto
regionales como municipales, debe estar acompañado por nuestra música:
local, regional y nacional, respectivamente (en algunos casos, y, siempre que
se pueda, estando los artistas presentes; en otros, con grabaciones).
Aprovechando que a esos lugares acude un importante número de personas.
En
fin, como toda propuesta, éstas, son incompletas, pero asumo lo escrito y
estaré dispuesto a acompañarlas y debatirlas públicamente, junto a la Asamblea
Nacional Constituyente y el Plan de la Patria.
¡Abrazos!
Mario
Fernández Parra
0414-9705987
Publica un comentario