FFM celebra el retorno del Comandante Chávez a la Presidencia tras el Golpe de Estado
Hoy,
el Frente Francisco de Miranda (FFM) y el pueblo venezolano celebran el retorno
del comandante Hugo Chávez a la Presidencia de la República el 13 de abril de
2002, luego del Golpe de Estado perpetrado hace 16 años por dirigentes de la
extrema derecha, medios de comunicación privados y el Gobierno de los Estados
Unidos.
Así
pues, el pueblo revolucionario con mucha alegría se concentró en el Paseo Los Próceres de Caracas para recordar los hechos suscitados el 13 de abril y conmemorar el Día de la Dignidad del Pueblo y el noveno aniversario de la Milicia Nacional Bolivariana.
La
directora nacional del FFM y también alcaldesa de Caracas, Erika Farías,
publicó en su cuenta en la red social Twitter @ErikaPSUV que “detrás de cada
victoria de este pueblo bravío se encuentran nuestros héroes y heroínas de la
historia, reafirmando que todo aquel que nace en esta tierra hereda la sangre
de guerrero. ¡Y bajaron, soldado y pueblo un solo ser! #13ALealtadCivicoMilitar”.
Por
su parte, los Luchadores Sociales Bolivarianos del FFM agradecieron en su
cuenta en Twitter @ffm_oficial al “pueblo
aguerrido que con su acción de unificación Cívico-Militar, hace 16 años
lograron rescatar al comandante Chávez del secuestro que le propino la
oligarquía criolla con órdenes exclusivas del gobierno de EEUU”.
¡Todo 11 tiene su
13!
Todo comenzó el 11 de abril de
2002 cuando una marcha convocada por la oposición, que en principio se
realizaría entre Parque del Este y Pdvsa Chuao, fue desviada hacia el Palacio
de Miraflores, donde se encontraba concentrado el pueblo chavista. A la altura
de Puente Llaguno un grupo de francotiradores escondidos en los edificios
aledaños junto a efectivos de la Policía Metropolitana, desataron un conjunto
de acciones violentas y disturbios que dejaron 19 muertos y decenas de heridos.
La toma violenta y repentina del
poder político se concretó a las 10 de la noche de ese 11 de abril, cuando se
interrumpió la señal de Venezolana de Televisión, canal oficial del Estado, y
comenzaron a transmitirse informaciones que anunciaban la salida del poder
de Chávez. Luego vino la autoproclamación de Pedro Carmona como presidente de
facto el 12 de abril. Para ese momento, Chávez se encontraba preso en el
Apostadero Naval de Turiamo y sus seguidores quienes dudaban de su renuncia,
espontáneamente comenzaron a congregarse durante la mañana del 13 en los
alrededores de Fuerte Tiuna y en las afueras del Palacio de Miraflores. Todos
con la exigencia de que liberaran a Chávez.
En la tarde del 13 de abril,
helicópteros trasladaron a Hugo Chávez hasta la isla de La Orchila. Sin
embargo, unas horas antes, Chávez, en el puesto de enfermería de la Base de
Turiamo, había logrado escribir en una hoja blanca un mensaje: “Yo, Hugo Chávez
Frías, venezolano, presidente de la República Bolivariana de Venezuela,
declaro: No he renunciado al poder legítimo que el pueblo venezolano me
dio. ¡¡Para siempre!! Hugo Chávez Frías”. El cabo Juan Bautista Rodríguez,
se encargó de llevar la misiva hasta la Brigada de Paracaidistas de Maracay
comandada por el teniente coronel Martínez Hidalgo quien, junto con el general
Raúl Baduel, organizaron el plan de rescate en el que tres grupos de seguridad a
bordo de tres helicópteros Súper Puma partieron poco antes de las 12 de la
medianoche.
El general Alí Uzcátegui Duques,
quien fue designado como comandante de la operación, cuando logró ingresar a la
residencia de la Base donde se encontraba el Comandante Chávez, le informó que
habían ido por él. La orden de Chávez fue inmediata: Regresar a Miraflores. El
Palacio de Gobierno convulsionó. La noticia de que Chávez había sido rescatado
fue transmitida a los oficiales de Casa Militar, que de inmediato se lo
hicieron saber a las miles de personas congregadas en los alrededores de
Miraflores.
A las 2:50 de la madrugada del 14
de abril, en el helipuerto del palacio aterrizó un helicóptero Súper Puma en el
cual retornaba Hugo Chávez. A su llegada, luego de saludar a su Gabinete, entró
al Salón Ayacucho para dirigirse al país. “A Dios lo que es de Dios, al César
lo que es del César, y al pueblo lo que es del pueblo. Comienzo así con estas
palabras llenas de no sé cuántos sentimientos que cruzan por mi pecho, por mi
alma, por mi mente; pensamientos, sentimientos. En este momento soy como un mar
multicolor, todavía debo confesarles con los buenos días a toda Venezuela, a
todo el pueblo venezolano, a toda la sociedad venezolana, les confieso que
todavía estoy estupefacto, todavía estoy asimilando este proceso (…) Retorno
cargado espiritualmente de un gran amor, si hace dos días yo los amaba a
ustedes, hoy más. Ésta fue una jornada histórica, una demostración sin
precedentes en el mundo de cómo un pueblo y sus soldados detuvieron una contrarrevolución
sin disparar un tiro, sin derramar sangre, y repusieron las cosas en su sitio”,
manifestó.
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